miércoles, 3 de enero de 2018

I, Tonya



Mirando a la cámara el personaje Tonya nos introduce en el asunto madre de su vida, para luego en un largo flash back, ir cuarenta años atrás y ver el argumento de un personaje cargado de los altos y bajos emocionales, acorde a los sentimientos y maltratos de un esposo y una madre obsesionada. De manera que esta cinta es un Biopic que narra la historia de la patinadora olímpica, Tonya Harding y se centra en gran parte en un delicado incidente que le sucedió en 1994.


La película se basará en las entrevistas mantenidas con Tonya Harding y su ex marido, Jeff Gillooly, con quien mantuvo un turbulento matrimonio durante tres años (desde los 19 a los 22 años). De manera que este relato en primera persona, nos adentra en todo aquello que nos revierte en el esfuerzo y lo que hace a los  deportistas, por ejemplo, unos fuera de serie (sin conocer las realidades verdaderas).

Por otro lado, este filme cargado de buenas intenciones, refleja que la felicidad no siempre está al alcance de la mano. Felicidad y éxito no sería el corolario de una puesta en escena agradable y bien musicalizada y que llega al pathos del espectador, ya que el personaje de marras (en todas las etapas de su vida), nos cautiva.

En lo estrictamente cinematográfico, se plantea un filme a modo de falso documental y sin exagerar las voces en off, nos enteramos de que a pesar de todo lo que nos ocurra en la vida, bien valió la pena vivirla.

Gonzalo Restrepo Sánchez


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